LA BALADA DE GALAVER
Es la pesadilla. La sangre en los ojos del Tochtli de la luna. El sol apagado. Y abajo el escenario, el vacío repleto de animales hurgando poesía en el basurero. Buscando corazón. Alguien acepta haberlo perdido, alguien lo grita desde una azotea donde los ángeles ya no danzarán. Es una ventana llena de soledad pero al fin ventana sin muros, sin casa, flotando sin tierra, es la madre con su delantal de la miseria, sus ojos de cochambre y de espera. Es el amor en el éter del poeta de ningún lugar. Es el agua del desierto, gotillas que refrescan corazones crudos. La balada es no ser esclavo ni mercancía ni pendejo de los pendejos a los que el teatro ya se les cayó.
ARTURO MEZA
Dizque poeta. No loco. No místico, no hay misterio, amante del "nel" y del "pos sí". Y aunque a veces llueve sale a caminarla. A conversar con su vieja amiga que, a su decir, le trae mensajes de los delfines ¿dónde mueren los colibríes? ¿en el néctar? ¿en el vuelo? ¿en el nido?
LOS GALAVERIANOS
Son los hijos de Galaver extraño personaje registrado en todo acto de fertilidad, entidad totalmente masculina designado por una palabra totalmente femenina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario